Me siguen gustando esas madrugadas en que me despierto sin saber muy bien donde estoy, esas madrugadas en las que mi cuerpo no responde a mi mente, el quiere seguir en la cama abrazado a la almohada, pero ella despierta quiere levantarse para ver el amanecer bajo las luces de esta bella ciudad ……
Como siempre gana la mente al cuerpo y me levanto desperezándome….
Veo despuntar el día y siento que la vida me sonríe, amén de todos los problemas cotidianos, de la crisis, de nuestros políticos, de las tan “queridas” labores domesticas (que parece que todas lleven mi nombre), del trabajo, de la familia …..
Abrazada a mi viejo albornoz salgo a mi pequeña terraza con un humeante café con leche y un cigarrillo, sentada viendo como la noche se apaga me doy cuenta que la felicidad esta en estos momentos, en recordar todo lo que ha llenado de felicidad, ese beso robado entre suspiros, un paseo tranquilo hablando de miles de cosas, encuentros maravillosos que me hicieron volver a sentir viva …… La risa de mi hijo, en cómo ha ido creciendo (ya es todo un hombre) y me acribillaba a preguntas de la vida, en como reíamos jugando o simplemente en nuestras sesiones de cine acomodados en el sofá con un gran bol de palomitas y él me iba diciendo ….
“mama cuando sea mayor te comprare un castillo y serás como la princesa de la peli”
Y yo me sonreía y veía en sus ojos la inocencia de un niño……
Sigue despuntando el día y sigo pensando en que tengo muchas cosas por las que seguir luchando, muchas cosas por las que sonreír ……..
Me vuelvo a la cama, es domingo y hoy no tengo que trabajar le he dado fiesta al despertador, me acurruco cierro los ojos para seguir recordando y como no seguir soñando………..
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